La semana pasada tuve el privilegio de visitar La Biblioteca Infantil de San Isidro para conocerla en persona de la mano de la nueva
directora de la biblioteca, Roxana Huaman
y el nuevo responsable del área infantil, Daniel Arroyo. Para Lima es una sala
de privilegio, con mucho espacio, luz natural, muebles de tamaños y formas perfectos para niños y de colores alegres. No
sé el número de libros que posee pero la colección no está mal ni de tamaño ni
de contenido. Cómo he dicho es una biblioteca de lujo para Lima. Me alegré
escuchar las inquietudes de esos dos profesionales a cargo de ella: quieren hacerla
crecer en material, usuarios y oferta de
actividades de animación a la lectura para así crear más y mejores jóvenes lectores.
Me invitaron a participar hoy en una visita escolar de niños
de 5 años de un colegio de Miraflores y por supuesto acepté encantada. Echo de
menos mis actividades de animación directas con los niños, incluyendo el
proceso de selección y preparación de los libros que voy a “trabajar”.
La actividad fue bien organizada y diseñada por parte del
bibliotecario, incluía tres partes:
- Una breve introducción a la biblioteca por su parte, incluyendo información sobre: el comportamiento adecuado; el manejo de los libros correcto; y una invitación a que tocaran, miraran y leyeran cualquier libro(s) que les provocara.
- Un tiempo libre de 15 minutos para que los niños pasaran un buen rato escogiendo y disfrutando de los libros que más les antojaran. Algunos pasaron casi todo el tiempo con un mismo libro mientras otros volteaban de libro en libro, como picaflores cogiendo el dulce néctar de flor en flor. Fue lindo ver como disfrutaron de la atractiva selección de álbumes ilustrados y libros infantiles y la libertad de tocar, mirar y disfrutar de cualquier de ellos.
- Una “lectura” de un cuento (al estilo de cuentacuentos) que me tocó a mí como “El Hada de los Cuentos”.
- La edad y nivel lector de los niños
- La cantidad de texto en cada página del libro – Un grupo de niños de menos de 8 años son capaces de aguantar 20 minutos escuchando 4 libros diferentes, pero no son tan capaces de aguantar 20 minutos escuchando la lectura de un mismo libro.
- La calidad de las ilustraciones y la relación entre ellas y el texto – es decir si la ilustración añade detalles al texto que el texto no cuenta, o si simplemente refleja el texto sin añadir algo más. (Prefiero los primeros – invitan a más conversación con los niños durante la lectura).
- Si hay frases repetidas, o una lista de elementos que van en aumento y repitiéndose a lo largo del libro. Estos tipos permiten una buena interacción con los niños: por ejemplo, ellos dicen la frase repetida conmigo, o repiten la lista de elementos según van sumándose los nuevos para memorizar la lista y repetirla al final.
- Si se trata de temas sociales y del hogar dónde se verán reflejados y se les pueden ir preguntando si lo hacen ellos así e invitarles a que cuenten sus experiencias.
Estos son unas de las cosas principales que considero cuando
hago mi selección, normalmente unos días antes de la actividad, (o por lo menos
unas horas antes), para que tenga tiempo de practicar la lectura y planificar cómo
lo voy a leer y qué tipo de interacción y / o conversación voy a entablar según
el libro. Hoy han funcionado bien, y nos hemos divertido mucho - yo y 4 grupos de niños de 5 años. Con esas interacciones incrementamos la diversión del libro,
convertimos la experiencia en una social, y les estamos dando pistas – aunque ellos
no se están dando cuenta – de la comprensión y la diversión lectora, lo cual
les anima a que vuelvan a la biblioteca para experimentar más libros y más
diversión con ellos. Después de todo, ¿eso no es lo que buscamos en las
bibliotecas infantiles?